

Y hay estaba yo, respirando su aire, tocando su superficie con las suelas de mis zapatos, saboreando su música, que se escuchaba en todas y cada una de sus calles.
Bebía un mate dulce mientras caminaba por la plaza de mayo, bailaba el tango con los ojos contemplando el paisaje magnifico de la plata, me introducía en su gente, sus mezclas de razas y culturas hacían de Argentina un país único, mágico…
Recuerdo que en una de las calles porteñas de Buenos Aires se ponían decenas de tipos , bailando el tango, o haciendo representaciones teatrales que hacían pasar un buen rato a aquellos turistas que como yo se paraban emocionados y perplejos al ver todo aquello...
Y así es como me imagino y sueño con ese país, el que algún día podré ver yo misma, y cambiar el imaginar por contemplar, y la esperanza por el sueño echo realidad.